miércoles, 26 de marzo de 2014

Cuento español actual (1992-2012)

Mañana jueves, día 27 de marzo, a las 19,30h, en la librería Rafael Alberti (Tutor, 57), nos reuniremos para presentar la antología de relatos Cuento español actual (1992-2012), publicada por la editorial Cátedra con edición de la profesora Ángeles Encinar. El acto contará con la presencia del escritor Manuel Longares y algunos de los autores antologados.

Allí volvemos a vernos.


domingo, 23 de marzo de 2014

Terence Dooley en Madrid

Hoy hace justo una semana que fuimos a Barajas a recoger a Terence Dooley, albacea literario y yerno de Penelope Fitzgerald, y a lo largo de estos días hemos compartido charlas sobre la obra de la autora, naturalmente, pero también sobre otros libros, sobre poesía, el mundo de la edición, la vida en Londres, la vida en Madrid, las librerías y el jamón. Tuvimos un encuentro con los lectores de La Central de Callao (sobre La librería) y los de la Rafael Alberti (sobre La flor azul), y en ambos casos dominaron la complicidad, la cercanía, la presencia constante de Penelope Fitzgerald y cierta sensación de nostalgia.

El inicio de la primavera en Madrid nos ha acompañado maravillosamente.

Aquí dejo unas fotos:
En el escaparate de la librería Rafael Alberti

Durante el encuentro con los lectores

Con el equipo de Impedimenta al completo

domingo, 2 de marzo de 2014

Sobredosis del 73

Ayer por la tarde vi tres películas, dos de ellas del año 73: Badlands (Terrence Malick) y Scarecrow (Jerry Schatzberg). En medio metí Onegin (Martha Fiennes), de la que recordaba con arrobo la onírica escena del duelo como una de las secuencias más inspiradoras de la literatura en el cine, pero de la que había extraído por completo la presencia de Liv Tyler, todo labios y todo desinterés. No entiendo esa querencia por los rostros flojos, casi aburridos, para encarnar personajes femeninos que representan la búsqueda de lo que no se les muestra, que se pasan el día con un libro en la mano (gran gesto estético) y que en principio se rebelan contra lo que hay. No sé por qué Liv Tyler ni por qué Keira Knightley. Imagino que los directores o los productores piensan en el público masculino cuando las eligen porque quizá crean que personifican el ideal de fragilidad con carácter o el ideal de intelecto con gran delicadeza que hay que proteger. Esos tópicos comparables al del bravo príncipe azul.

En cualquier caso, los platos fuertes fueron las otras dos. Tras ver la última escena de Scarecrow un par de veces pensé que no era extraño que después de estos trallazos de los 70 llegaran los Spielberg y el cine para adolescentes americanos que no tenían ganas de la menor complicación mental. Cambió la situación económica y cambió el público que pagaba para entrar en las salas de cine. Y se produjo la habitual curva de montaña rusa, hacia abajo, en este caso.




De Badlands me quedo con las escenas de la casa en el árbol. El bosque forma parte del comienzo, de lo fecundo y lo inaugural. Las tierras áridas vendrán más tarde.






Y de Scarecrow, sin duda, la escena de la fuente, hacia el final. Uno de los momentos más bestias de la historia del cine. Mientras la veía se me ocurrió que ya no es nada fácil descubrir actuaciones así en las películas actuales. Quizá Philip Seymour Hoffman, pero ya no está.