lunes, 30 de junio de 2014

Poesía para el estío

Le agradezco enormemente a otro inmenso poeta, Jorge de Arco, su lectura, su dedicación y su reseña, publicada en el diario Andalucía Información. En ella incluye Mente animal como parte de sus recomendaciones estivales, y hace especial referencia al desamparo, a la relación del Hombre con la Naturaleza, a la agonía de la búsqueda y lo inhóspito del ambiente en que se desarrolla esa búsqueda. Y, sí: hay mucho de todo eso en este poemario.

Aquí dejo su texto. Muchas gracias, Jorge:

JORGE DE ARCO - NOTAS DE UN LECTOR
Poesía para el estío

Narradora, editora, traductora… Pilar Adón (1971) es también poeta. Y fe de ello da este tercer volumen que acaba de editar La Bella Varsovia, titulado Mente animal.

En esta entrega, la autora madrileña se adentra en un ámbito tan complejo como actual: el desamparo y el desasimiento del Hombre con relación a la Naturaleza que lo acoge y lo contempla. Dentro de una atmósfera inhóspita, «en un mundo inadaptado (…) y sin la convicción de que el día merezca un amanecer como el que regala» —tal y como afirma Manuel Longares en su palabra previa—, Pilar Adón afila su verso y lo sitúa en los extremos de la conciencia humana: «La tierra abierta en agujeros de seis mil kilómetros / por un ser vivo que, mayor que la ballena azul o la secuoya / recorre el subsuelo en hileras de insectos».

Con la certeza de que su decir es, a su vez, compromiso y consuelo, su búsqueda va más allá de lo puramente literario. Sus poemas se enfrentan a la necesidad de habitar en territorios comunes, junto a los animales, las plantas…, quienes son, al mismo tiempo, sustento y protección. De ahí, la incesante batalla, la sonora contradicción, que convierten su cántico en agónica verdad: «A pesar del aislamiento y de las nuevas normas / 
siempre habrá quien se agache a la tierra / 
y se levante de nuevo / 
para mirar con perspectiva. / 
Quien vigile buscando más que subsistencia. / 
Quien cace y declare que se puede vivir sin casa. / 
Sin una puerta a la que regresar».

Poemario, en suma, sin disfraces, áspero por sincero, recomendable por corazonado.

Jorge de Arco

domingo, 29 de junio de 2014

La naturaleza fiera

Después de una intensa, estimulante, ágil y poética conversación con Braulio Ortiz acerca de los poemas de Mente animal y de otros temas, hoy se ha publicado su artículo en Diario de Sevilla y se puede leer aquí: La naturaleza fiera. En él se habla de la naturaleza, de la salvación, de los niños, del desarraigo, de escopetas, animales muertos y centrales nucleares.

Le agradezco a Braulio una de las entrevistas más interesantes que me han hecho en mi vida, y que la haya transformado en un texto tan directo y explicativo. En él se habla mucho del miedo y del aislamiento que «asoman como temas en un poemario de extraño lirismo y excepcional fuerza».

sábado, 28 de junio de 2014

Sobre los miedos

El poeta Francisco Onieva ha leído Mente animal y ha tenido la amabilidad de escribir una reseña para el suplemento cultural Cuadernos del Sur.

Le agradezco no sólo el tiempo que ha dedicado a leer el poemario y a escribir sobre él, sino también, muchísimo, que destaque la importancia del miedo y de la naturaleza, y que hable del lenguaje, de lo agresivo y lo directo de las palabras.

Aquí la reseña de Francisco Onieva:

Sobre los miedos

Mente animal. Autora: Pilar Adón. Editorial: La Bella Varsovia.
Córdoba, 2014

Los miedos, tanto aquellos que articulan lo ignoto como los cotidianos, son los materiales con los que Pilar Adón (Madrid, 1971) construye Mente animal, su tercer poemario. El libro, cuya sugerente ilustración de cubierta corre a cargo de Laia Arqueros, se articula en dos partes: «El mundo hueco», compuesta por veintidós poemas, y «Decálogo», por otros diez. Si en la primera la mirada del yo poético se centra en la realidad exterior, con quien mantiene una relación conflictiva y dolorosa, sustentada en la inadaptación, en la segunda, y lejos del carácter admonitorio que sugiere el título y que se cuela por algunos versos, se plantea una indagación en la complejidad interior de un yo irrenunciablemente femenino. Y aquí juega un papel crucial la naturaleza, vista como una fuerza imposible de dominar que encierra en sí misma incertidumbre y desasosiego al tiempo que supone una huida a las regiones más sombrías de nuestra alma, aquellas que más nos cuesta aceptar. Para esto la poeta acude a un lenguaje claro y directo, sin ambages ni impostados recursos, llegando a utilizar un léxico violento y, en cierta medida, agresivo, pero que encierra cierta confianza en el ser humano («No todos los animales devoran a sus víctimas vivas / ni todos los hombres extraen provecho de los otros»).

Francisco Onieva

jueves, 26 de junio de 2014

Pearl Jam en Viena

Ayer miércoles, 25 de junio. Desde las gradas. Fila 8, asientos 11 y 12 del Wiener Stadthalle.



El setlist, impresionante:

SET 1
Long Road
Can't Keep
Black
Last Exit
Why Go
Spin The Black Circle
Hail, Hail
Got Some
Lightning Bolt
Mind Your Manners
Severed Hand
I Got Id
Amongst The Waves
Rain
Even Flow
Sirens
Wishlist
Rats
Public Image
Do The Evolution
Rearviewmirror

ENCORE 1
The Needle and The Damage Done
Speed of Sound
Footsteps
Elderly Woman Behind The Counter In A Small Town
Daughter
State Of Love And Trust
Brain Of J.
Lukin
Porch

ENCORE 2
Smile
Fuckin' Up
Alive
Baba O'Riley
Indifference



Hace dos años, cuando viajamos a Berlín también para ir a un concierto de Pearl Jam y, de paso, para conocer la ciudad, nos sorprendió la impasible tranquilidad de los berlineses, que no se levantaban de sus asientos, que se quedaban quietecitos sin mover siquiera un pie como se mueve un pie cuando se oye una música conocida. Que no aplaudían ni silbaban ni emitían chillidos de emoción desbordada. Esta vez, en Viena, ha habido más ajetreo a nuestro alrededor, bastante más. Eso sí, siempre con un respeto impresionante. Cuando se levantaron las chicas que estaban delante de nosotros para aplaudir y moverse un poco, con su pelo inmaculadamente austriaco, nos preguntaron con toda la amabilidad del mundo si estando de pie nos dejaban ver, y luego nosotros hicimos lo propio con unos rusos que estaban sentados detrás. Civismo absoluto. En un concierto que fue, desde el principio y hasta la última nota, de lo mejor y más inspirado que he visto y oído en mi vida. Jamás creí que fuera a oír «Rats» en directo, y terminar con «Indifference» después de su habitual versión de «Baba O'Riley», con todas las luces encendidas, fue un regalo. Había leído que Eddie Vedder tenía una rodilla mal y que en conciertos previos no se había movido mucho por el escenario, pero debió de curársele pronto porque en Viena ha saltado, ha corrido, se ha subido a una de las plataformas laterales y luego bajó a saludar al público del otro sector. El sonido fue perfecto y la organización también.

Lo que la organización no pudo evitar fue que nos lloviera, y mucho, ayer por la tarde, después de comer. Una lluvia torrencial de más de una hora. Algo que, según los vieneses, en esta época del año no es normal (aunque unos ucranianos nos dijeron que sí). En cualquier caso, la ropa se secó, el pelo también, y lo que nos ha quedado es la fascinación, el entusiasmo y la constatación de que es una suerte que el grupo siga componiendo y dando conciertos para que podamos seguir escuchando y viendo lo que hacen. En mi historia de devociones musicales, han sido muchas las veces en que he empezado a admirar la música de un grupo que ya se había disuelto, pero con Pearl Jam todo empezó desde el primer momento, desde las primeras canciones y el primer descubrimiento gracias a Paco Pérez Bryan y su programa «De 4 a 3». Disco tras disco, en lo que son ya muchos años. Desde la universidad y hasta hoy. Pasando por distintos trabajos, distintos pisos de alquiler y distintos modos de audio: de la TDK al ipod. Ya nadie se tira desde el escenario hacia el público en sus conciertos. Ya nadie navega sobre una marea de brazos. Ahora pedimos permiso para levantarnos de las sillas y aplaudimos un rato, descansamos otro rato y volvemos a aplaudir. Sentimos que la corriente que nos recorre la espalda al oír temas como «Black» o «Rearviewmirror» es idéntica a la de los 90 (una década que, por lo demás, me interesa más bien poco), pero no hay más que ver sus caras y ver cómo se han transformado ellos para adivinar lo que habremos cambiado también nosotros.

Pero da lo mismo. Crecemos. Aprendemos. Y cantamos:

I had a false belief
I thought I came here to stay
We're all just visiting
All just breaking like waves
The oceans made me, but who came up with love?
Push me, pull me... push me, or pull me out.

martes, 17 de junio de 2014

Escritoras

A.S. Byatt


jueves, 12 de junio de 2014

Con Sara Mesa

Estas fotografías pertenecen a la presentación que hicimos de Mente animal en Sevilla, en la librería Birlibirloque, donde Sara Mesa tuvo la inmensa generosidad de acompañarme.



Muchas gracias, Sara, por tus palabras, por tus preguntas, por hacer que la presentación fuera tan agradable y tan cómoda, y por decirme que los poemas te transportaban a mundos nórdicos.

lunes, 9 de junio de 2014

«Mente animal» en Sevilla

Allí nos vemos…


domingo, 8 de junio de 2014

El sofá rojo

Después de leer Mente animal, mi querida Ciboulette ha escrito unas palabras preciosas sobre el libro en su estimulante blog literario El sofá rojo. Las reproduzco aquí:


Hay un olor a tierra en el último poemario de Pilar Adón que parece querer quedarse ahí para siempre. Da la impresión de que si nos mantuviéramos parados un rato en esta tierra que son las páginas del poemario, nos empezarían a crecer raíces dentro del cuerpo que nos atarían a esa tierra eternamente. Esta es la sensación: la naturaleza se une al hombre y a pesar de las «cosas» (casas, tejas, teteras, vasos) lo natural se impone y deja en evidencia al hombre, al que, parado, las raíces se le acaban metiendo entre los huesos y las venas. La naturaleza le crece dentro y él se va secando, deshumanizando por el hambre, la miseria, el alcohol, la tristeza. Pierde de hombre y gana de árbol, de rama nueva. «Florecerá la rama que me raja por dentro. / Tantas hojas en torno a mí.»

Qué bien visualizado el mundo rural del hambre, cruel, sin compasión, que arrebata al hombre su condición humana y lo iguala al animal. A cada imagen, un verso, ¿o es al revés? Leo un verso y me quedo con el corazón encogido porque he visto, he sentido ese mendrugo de pan, las migas congeladas, la mujer de cuarenta años colgada en una habitación, ya descansando. Luzdivina, madre o hija. «El hogar está donde el calor. / Donde las raíces.» Qué contradictorio que lo que nos mata pueda ser el origen de que lo animal crezca en nuestro interior. Los genes y lo salvaje unidos para deformarnos. Vivencias traumáticas que sin querer nos apegan a una tierra y a unas raíces que a veces no queremos pero que están ahí. Podemos vivir soportándolas o conocerlas sin que nos impidan seguir viviendo de dolor: «Hay quien lo vive y luego lo envuelve. / Hay quien lo vive y se queda siempre ahí».

Vivir y olvidar, olvidar para poder seguir. A veces dan ganas de no vivir en la simpleza y se piensa en la huida, retorcida e imposible, fantasía de muerte improbable: «Sería fácil cogerme con una mano. / La cabeza inmovilizada con la otra. / Decir palabras suaves para evitarme el espanto / y retorcerme el cuello de un giro simple, como el / simple animal que soy, / sin prolongar más el sufrimiento». Pero al final se vive para contar, se está ahí parado, se padece porque es natural y a veces el esfuerzo merece la pena, sólo a veces.

miércoles, 4 de junio de 2014

martes, 3 de junio de 2014

Feria del Libro de Madrid

El próximo día 5 de junio, jueves, entre las 7 y las 9 de la tarde, estaré firmando ejemplares de Mente animal en la caseta de la librería Rafael Alberti (nº 40). Elena Medel firmará a la misma hora y en la misma caseta ejemplares de su magnífico poemario Chatterton, premio Loewe de poesía joven, publicado por la editorial Visor.


Una ocasión perfecta para encontrarnos. Poesía, árboles, libros…