miércoles, 17 de diciembre de 2014

No telling

Vi esta película hace unos días en el Sundance Channel y he de decir que me parece poco recomendable para los amantes de los animales en general y nada recomendable para los amantes de los perros en particular. Pero también he de decir que es indudable que deja su poso y que, ya por eso, supongo que sus responsables se salieron con la suya.

Si es que «la suya» era intentar concienciar a la gente de lo cruel y bárbaro que resulta hacer experimentos con animales.

La película viene a contar la historia de un científico que se esconde con su mujer en una casa de campo para ensayar en animales sus nuevas técnicas médicas que, de tener éxito, le enriquecerán a él y a quienes financian sus salvajadas. 

Jamás la habría mencionado aquí de no haber sido porque hoy no he podido evitar pensar en ella al ir al mercado y ver cómo se exhiben en las vitrinas de las carnicerías los cuerpos enteros de los animales que algunos ya están comprando para comérselos estas fiestas. No es la primera vez que veo semejante exposición, claro está. Y siempre me ha parecido patológica y propia de seres muy alejados de su verdadera naturaleza la ocurrencia de exponer cadáveres de animales en escaparates, entre hojas verdes de adorno, cual bosque, entre frutas o cualquier otro objeto, como si las carnicerías tuvieran también escaparatistas o decoradores de interior poco relacionados con la palabra sensibilidad. Pero el caso es que hoy me ha producido una desazón mayor pasar por delante del muestrario. Al principio no sabía a qué achacar el malestar y, como se suele hacer cuando se quiere encontrar una causa, un origen o una explicación para lo que se siente, me he lanzado a bucear en el recuerdo de manera rápida mientras seguía andando. He retrocedido en el histórico de impresiones intentando averiguar de dónde venía esta mía de hoy, y pronto he comprendido que toda esa indefensión y esa huella de brutalidad procedían de la mezcla explosiva de ver a los clientes de la carnicería riéndose con ganas y fruición del cuerpo de un cochino pequeño junto con las imágenes que todavía me rondan de esta película atroz: