martes, 10 de febrero de 2015

Fairphone

Hoy ha llegado mi nuevo móvil, un Fairphone de la primera edición (segunda remesa), en su caja de cartón llena de sellos, con sus postales informativas y participativas, y un buen libro de instrucciones (algo que valoro mucho), y la verdad es que me he acostumbrado pronto a él a pesar de la pereza que siempre me da tener que enfrentarme a cualquier nueva rutina tecnológica. En este caso, el paso de mi antiguo móvil al nuevo ha sido sencillo.


Los responsables de Fairphone abrieron la semana pasada una nueva lista (la primera venta la hicieron a través de una campaña de crowdfunding) para que los interesados pudiéramos apuntarnos, y después de entrar a toda prisa, me hice con él. Compré el móvil que buscaba, más sostenible, fabricado con minerales de zonas que no están superexplotadas o en conflicto, y cuyos responsables abogan por el reciclaje y aseguran respetar los derechos laborales de sus trabajadores. Creo que lo conseguí por poco, porque se agotaron las existencias ese mismo día.

Ahora están preparando la segunda edición, y para ello han abierto una nueva lista en la que apuntarse. Lo que quieren es saber cuántos móviles han de fabricar, y lo calcularán en función de las solicitudes que reciban.


La caja viene sin cargador ya que se da por hecho que todos tenemos en casa alguno que rescatar. Tampoco trae auriculares, por la misma razón, y la batería se puede sustituir por otra cuando se vaya agotando. Todo lo demás se puede saber en su página. No hay duda que lo más sostenible es quedarse con el móvil que ya se tiene, pero si hay que buscar uno nuevo porque al antiguo, como era mi caso, se le van cayendo ya las piezas, el Fairphone parece una buena idea.